OJOS COLOR SOL

ACRÍLICO SOBRE LIENZO – 1’10 X 80

Los granos de arena se despegan del suelo, uno por uno, y deciden elevarse en medio del miedo, por encima de las rodillas, del sexo, de la cadera, del ombligo, del esternón. Suben por la nariz, algún grano se queda de lunar en ella, y los miles restantes suben hasta el cielo, para servir de estrellas. Los granos de arena se despegan del suelo, uno por uno, y deciden elevarse en medio del miedo, por encima de las rodillas, del sexo, de la cadera, del ombligo, del esternón. Suben por la nariz, algún grano se queda de lunar en ella, y los miles restantes suben hasta el cielo, para servir de estrellas. La playa queda iluminada en un universo de luces, lucecitas, que forman un camino hasta la escápula de la luna, que, reflectada con los granos de arena, de ella sale un foco directo a cima de la montaña. En la arena, ya no queda nadie. En la cumbre, las líneas de un abrazo universal.