MUJER CUBISTA

ACRÍLICO SOBRE LIENZO – 50 X 70

A lo lejos y en el horizonte, el sol se deja
caer como un yo-yó, iluminando y oscureciendo a todos los personajes a su antojo, y, en el

vaivén de los rayos, una sombra que se tapa la cara viene caminando para sentarse al lado de la
gitana. La sombra no sabe cantar, ni hablar, y le da miedo nadar porque cuando era pequeña se
ahogó en un mar de dudas. Solo le queda esperar a que venga otra estación a que seque su
océano.